domingo, 6 de julio de 2008

SELECCIÓN NATURAL

Hacía tiempo que no veía a tanta gente comportarse de manera tan inteligente.
Jugadores veinteañeros y preparadores, equipo técnico, seleccionador, saltan, ríen, cantan, gritan, sin más protocolo que pasarlo bien, tal y como hicimos nosotros y muchos en España la noche de la final de la Eurocopa. Saltamos y gritamos, que es lo que nos apetecía y lo que tocaba. Por eso, pienso en lo inteligentes que podemos llegar a ser ser sin darnos apenas cuenta. Alegrarnos, hacer piña, expresar nuestro entusiasmo colectivo.
Por supuesto, he escuchado comentarios de tertulianos recelosos, que si la bandera y tal y cual, que si el nacionalismo español, que si vandalismo, que si la masa, que si el opio del pueblo, que si patatín, que si patatán.
Desde luego, a nadie le obligan a participar en una fiesta, pero yo creo que entre esas críticas hay bastantes aguafiestas a los que les encantaría hacer el gamba por la calle con una bandera roja y amarilla, y que no lo hacen por complejos personales y prejuicios políticos. No descartemos a los "elitistas": basta que miles de personas hagan algo, para que se crean en la obligación de criticarlo, sin más argumentos que una presunta vulgaridad. Tampoco faltan quienes se han querido apropiar de símbolos, como la bandera, que son de todos: del norte y del sur, de izquierdas y de derechas, guapos y feos, curritos y ejecutivos, listos y más o menos empanados.
He leído y escuchado algunas metáforas y lugares comunes. Creo que Borges recelaba de las metáforas. Si no explican el primer elemento de la comparación, sería mejor no utilizarlas, porque en ese caso no aportan nada, no enseñan nada nuevo. Metáforas y tópicos futboleros suelen ir de la mano. Esta selección tan natural se ha encargado de cepillarse los tópicos en seis partidos: que si la barrera de los cuartos de final, que si Italia, que si los penaltis....
Al final, una selección de un país ha jugado mejor al fútbol, ha marcado más goles y ha ganado la Copa, y los nacionales de ese país lo celebran con las camisetas de su selección y la bandera de ese país. ¿Algo que objetar? Porque la especie humana, por si alguien aún no se ha enterado a estas alturas, rige buena parte de su vida por símbolos. Y utiliza unos colores para reconocerse. No más, pero tampoco menos. Pues que dure.
Salud y oé, oé, oé, oé.