martes, 12 de mayo de 2009

LAS PALABRAS Y LOS ACORDES

Las cervezas y los pinchos morunos con Gabriela. Salir un lunes. Un lunes para salvar la semana. Un lunes para escuchar los cantos de los pájaros por La Candamia y Los Pinos, y el aguacero y los cielos cárdenos. Escribir, como llorar, temblando en el viento. Qué poesía hay en las canciones de Nena Daconte, en sus retales de carnaval, sus aleph, sus golondrinas y Sin ti:

«Seguirá pasando la luna por tu ventana. Seguirán pasando las cosas sin ti. Ya no pasarán las que hacen tanto daño. Y verás desde tu escaparate lo que fue de mí.»

El tiempo. Los gurús hacen apología del presente. Los mercaderes, más bien. No es el presente místico del que hablan, sino el presente de la publicidad. ¿No es el tiempo intemporal? Y siento que para casi todos los demás el pasado es una estación vacía de la que apenas se acuerdan, en la que no reparan, que no está viva y con gente y tráfico de miradas, sino inexistente, porque ese falso presente impone su ley suprema: nada fuera de su imperio. Ah, si el aire de esta noche ha sido fragante (aun en este norte el aire de primavera huele a frescor), estas noches siempre son fragantes. Eternamente. Perviven fuera o dentro o más allá o más acá de los relojes y la memoria. Los buenos escritores lo saben, y juegan a dioses humanos no burlando el tiempo, sino jugando con él, como el niño rehace castillos en la arena de la playa. Una y otra vez. Sin cansancio. El mismo castillo y distintas almenas con la misma arena. ¿He dicho los buenos escritores? Y los buenos panaderos y los buenos pescadores y los buenos y las buenas cualquier cosa. Este cuarto es de paredes amarillas. Es un cuarto pequeño y también infinito, y el ordenador es pequeño y también abarca cualquier cosa, y en mi mente está ella con su bebecito, y hoy al llegar a la cervecería no sé por qué he remedado un gesto suyo, y allí me espera Gabriela, y le hablo del vestidito y del camello azul y del mar y de la fabada y de las camisetas nuevas (rosa, morado, negro, rojo). Y en la madrugada las palabras y los acordes y el canto de las cigarras.