En esa parada madrileña compro El héroe de las mil caras: psicoanálisis del mito y Los mitos. Su impacto en el mundo actual.
Llego a Campbell a partir de dos caminos: El viaje del escritor, de Christopher Vogler, una aplicación del monomito a la escritura y en especial al cine, donde rastrea su influencia; y, cómo no, de La guerra de las galaxias. Campbell fue uno de los mentores de George Lucas, y su viaje del héroe está presente en toda la saga, en especial en la primera película, es decir, el Episodio IV.
Picando en internet, leyendo referencias en libros, llega un momento en que el hambre y la curiosidad sólo se sacian leyendo los libros de referencia.
Comienza bien El héroe de las mil caras. El asunto psicoanalítico (versión Jung, los arquetipos y el inconsciente colectivo, y que por cierto no figura como subtítulo en la edición en lengua inglesa, The Hero with a Thousand Faces) me echaba para atrás, pero Campbell dice que adopta el psicoanálisis no como un dogma, sino como el mejor instrumento disponible para aprender la gramática del símbolo, y que sin aceptarlo como la última palabra, puede servir como un método de aproximación al mito, «la entrada secreta por la cual las inagotables energías del cosmos se vierten en las manifestaciones culturales humanas». Ahí es nada, amiguitos.
Campbell escribe algunos párrafos muy bellos, poéticos, apasionados y luminosos, que señalo con lápices rojos, púrpuras y amarillos:
«(...)los héroes de todos los tiempos se nos han adelantado (...) sólo tenemos que seguir el hilo del camino del héroe. Y donde habíamos pensado encontrar algo abominable, encontraremos un dios; y donde habíamos pensado matar a otro, nos mataremos nosotros mismos; y donde habíamos pensado que salíamos, llegaremos al centro de nuestra propia existencia; y donde habíamos pensado que estaríamos solos, estaremos en el mundo.»
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